Servicios varios para la comunidad latina de Hachioji,Tokio

diciembre 22, 2017

Mis muy estimados seguidores, «soleros», de Tokio,

Posiblemente ya se enteraron, de que voy a hacer un alto  – aún no sé si definitivo o temporal – en mis labores como cuidador de ancianos, y se estarán preguntando qué pasó y qué pienso hacer ahora.

Como bien saben, esos 5 años al servicio de los viejitos japoneses fueron sumamente gratificantes en muchos aspectos, pero, de un tiempo para acá, las diferencias culturales en el trabajo comenzaron a afectarme más de lo normal, lo que, aunado a mi nivel de comunicación en el idioma japonés, terminó produciéndome un malestar, una frustración insoportables.

En todo este tiempo, me cansé de lidiar con colegas molestosos, abusadores e irrespetuosos, tanto conmigo con los ancianos (pero aclaro que son contadas excepciones, no la generalidad). A pesar de los conocimientos y habilidades que fui acumulando en esos 5 años, las veces que cambié de lugar de trabajo – en 3 ocasiones – fui tratado por algunos superiores como el último de los reclutas, sin consideración a mi experiencia en todas las facetas de la ocupación.

¿Las razones? No es fácil identificarlas con claridad. Pero, a mis años, puedo inferir que pudiera ser por celos profesionales, discriminación sexual (entre un 85% y 90% de mis colegas han sido mujeres), discriminación racial, envidia, o porque dichos colegas son sencillamente abusadores natos. Todo lo cual tiene que ver, a su vez, con las diferencias culturales entre nosotros, en el sentido de que aquí en Japón la relaciones personales se dan en un plano muy vertical, jerárquico; en el trabajo, sobre todo, los superiores son «capitanes» y los subalternos «soldados rasos». Y si a todo lo anterior eso le sumamos que yo soy un poquito contestón…

Lo cierto es que, a mis 51 años, ya me cansé de contestar; ya no tengo más energía para eso, aunque me sobra para otras cosas, como las que voy a emprender próximamente, por ejemplo.

Es muy cierto que los conflictos personales son parte de la vida. Pero una cosa es tenerlos ocasional y aleatoriamente – como es normal – y otra muy distinta es tener que levantarnos todas las mañanas sabiendo que vamos a pelearnos con un colega hostigador, a pesar de nuestros constantes esfuerzos para evitar los «encontronazos», o al menos, aliviarlos.

Por el lado de la comunicación lingüística, el problema es que si bien mi nivel de japonés me ha permitido realizar labores de cuidador satisfactoriamente, no es suficiente para comunicarme  con la profundidad que yo quisiera, tanto con mis colegas como con «mis viejitos». Mi «vocabulario laboral» es bastante amplio, pero no soy capaz de sostener conversaciones cotidianas, sustanciosas, con ellos. Para alguien tan comunicativo como yo resulta muy frustrante no ser capaz de entender totalmente a los interlocutores (un anciano explicándote un problema de salud o un colega contándote un problema familiar, por ejemplo), y no ser capaz de expresarles cabalmente lo que piensas y sientes.

Adicionalmente, esas limitaciones lingüísticas, en no pocas ocasiones, te hacen lucir torpe al hablar, como es lógico. De hecho, pareciera que algunos colegas consideran las limitaciones con el idioma como falta de inteligencia.

Para finalizar este desahogo emocional (espontáneo, ya que yo sólo quería informarles sobre mis próximas actividades. Gracias, después me envían la factura, jajaja), podemos concluir que mi decisión se debe a una combinación de factores culturales, laborales, comunicativos, los cuales pude sortear anteriormente, gracias a mi disposición al trabajo, mi devoción por los ancianos, mi entusiasmo por nuevos retos, y  mi necesidad de un trabajo estable (todavía necesito estabilidad laboral, pero la emocional es más importante), entre otros.

Ahora sí, queridos amigos, oído al tambor .

Cumplo con informarles, que estoy listo y muy motivado para retomar algunas de las actividades previas a mi trabajo como cuidador de ancianos, principalmente:

  • Clases de mejoramiento del español para niños nipo-latinos
  • Clases de inglés básico para niños nipo-latinos
  • Clases de inglés básico para adultos hispanoparlantes
  • Acompañamiento de adultos mayores o personas impedidas, hispanoparlantes o angloparlantes
  • Acompañamiento, tutoría (cultura, deportes, música, etc.) de niños en edad escolar hispanohablantes y angloparlantes
  • Cuidador de ancianos o personas impedidas («helper») a domicilio, para usuarios hispanoparlantes o  angloparlantes
  • Sesiones de estimulación temprana para niños pequeños hispanohablantes

Estimados, «Soleros», por favor ayúdenme a regar la voz entre los hermanos latinoamericanos e hispanos en general de nuestra comunidad. Y no duden en contactarme si están interesados. En equipo trabajamos mejor.

Contactos: larosangel@hotmail.com / 090-3540-2410  

De antemano, muchísimas gracias a todos por su atención.

Saludos y bendiciones

Ángel

«El Sol brilla siempre dentro de ti»

 

 


Proyecto «CAFÉ» (Club de Amigos y Fans del Español)

diciembre 18, 2017

Mis muy estimados «soleros»,

Siempre gracias por seguirme.

En esta oportunidad quisiera dirigirme específicamente a mis  muy amables y consecuentes seguidores japoneses, hablantes del español, que habitan en Tokio.

Algunos de Ustedes pudieron conocer a través de la entrada «Mis viejitos» de este mismo blog que, a principios de este mes, puse fin a un ciclo de 5 años como cuidador de ancianos japoneses; una etapa de mi vida muy fructífera y gratificante, en la que trabajé en diversos centros de asistencia al adulto mayor, cuidando a esos seres maravillosos, con el mayor cariño de mundo, así como con gran agradecimiento a la vida y a la sociedad japonesa por concederme el privilegio de servirles.

Hoy se abre un nuevo capítulo en mi vida. Entre otras actividades laborales que emprenderé próximamente, tengo el inmenso placer de anunciarles el inicio de mi nuevo proyecto educativo-cultural CAFÉ (Club de Amigos y Fans del Español).  

CAFÉ consiste en un grupo de personas:

  • De nacionalidad japonesa (se aceptan otras nacionalidades)
  • Mayores de 40 años (hasta 100 +)
  • Amantes del español y de la cultura hispana
  • ¡Amantes del CAFÉ latinoamericano!
  • Con un nivel de lengua intermedio o avanzado, quienes quisieran reunirse frecuentemente, para:
  1.  Intercambiar con otras personas que compartan su pasión por el idioma español
  2. Mejorar su nivel de lengua, mediante clases dictadas por un profesional de la enseñanza
  3. Ampliar sus conocimientos sobre los países hispanohablantes y sus fascinantes costumbres, mediante actividades culturales entretenidas, tales como baile, canto, teatro, etc.
  4. Discutir sobre diversos temas de la vida diaria o de actualidad
  5.  Disfrutar momentos productivos y divertidos, mediante la realización de fiestas, festivales tradicionales y demás eventos recreativos.
  6. Saborear una tasa – o varias – de gustoso CAFÉ latinoamericano.  

El profesor de idiomas e instructor cultural será este servidor, Ángel La Rosa, y demás profesores invitados.

Los organizadores del club serán los propios integrantes, quienes se encargarán de determinar el lugar de reunión, el horario de clases, el costo de la mensualidad para los miembros, y demás aspectos administrativos. Igualmente, se encargarán de coordinar, junto al profesor, las actividades culturales y recreativas.

Los interesados en participar del club y ser miembros fundadores de CAFÉ, por favor comunicarse con el Prof. Ángel La Rosa, a través de la dirección: electrónica: larosangel@hotmail.com

¡Los esperamos!

Gracias por su amable atención,

Ángel La Rosa