OLÍMPICAMENTE HABLANDO

febrero 12, 2020

Cultura deportiva Nipona: Béisbol/Sóftbol 

Venezuela, mi tierra natal, y Japón, mi patria chica, comparten la misma pasión por el béisbol y el sóftbol. De hecho, el «juego de pelota» es el deporte de mayor arraigo en ambos países, y continúa siendo el más popular hoy en día, aun por encima del fútbol, el llamado «Deporte Rey».

En el caso de Japón, no debe existir una sola escuela secundaria – pública o privada – en todo el país, que no cuente con equipo de béisbol. Y auqnue no ocurre lo mismo con las escuelas primarias, es seguro que en todas y cada una de las localidades del territorio japonés funcionan ligas particulares que agrupan a los beisbolistas escolares.
No es casualidad, entonces, que Japón ocupe actualmente la primera posición en el ranking mundial tanto femenino como masculino (Venezuela, es novena en el masculino y cuarta en el femenino. ¡nada mal!).

Soy testigo presencial de la frenética actividad beisbolística estuduantil en mi municipalidad tokiota, Hachioji. Debido a que nuestra residencia está ubicada a escasos metros de la escuela secundaria básica donde estudia mi hija, el ruido típico que se produce en una práctica o un juego de béisbol – las altinosantes instrucciones del mánager, los alentadores gritos de los jugadores y el contacto del bate con la pelota – es parte constitutiva diaria de nuestro entorno, exactamente igual que el canto de los pájaros (también colindamos con un parque de árboles frondodsos)y el repetitivo sonido de los trenes.

Por cierto, siendo yo venezolano y mi hija japonesa, habría sido inconcebible que no le enseñara desde muy niña los aspectos más básicos del juego: atajar, lanzar y batear (¡tiene su guante y su bate, por supuesto! Y una que otra vez vamos a un centro de bateo) Así que, ocasionalmente, nos divertimos mucho gracias al béisbol.

Este escrito estaría incompleto sin la anécdota de como se vio truncada mi luminosa carrera hacia las Grandes Ligas… Teniendo yo unos 7 años, me metí en un equipo, junto a un amiguito que era vecino mío y cuyo padre era quien nos llevaba a las prácticas.
Al poco tiempo de nuestro ingreso, se presentó la oportunidad de jugar contra otro equipo, así que ese día realizamos una práctica matutina para seleccionar a los jugadores de cara al partido de la tarde.

¡Fui seleccionado para ocupar la primera base en el «nueve» inicial! Pero, desafortunadamente, mi amigo no fue incluido, por lo que su padre se molestó mucho y decidió marcharse inmediatamente, sin esperar por el partido. Al ver su airada reacción, no me atreví a decirle que yo sí jugaría en el equipo abridor (tampoco creo que eso hubiera cambiado las cosas). Así fue como el destino no quiso que yo triunfara en la Ligas Mayores…

En relación al sóftbol japonés, tanto la selección femenina como la masculina son poderosas. Este año 2020, los hombres ostentan el primer lugar del ranking mundial, y las mujeres ocupan un muy destacado segundo lugar.

Aprovecho para relatar que durante mi estadía de 4 años en China, tuve la suerte de asistir a un campeonato mundial de Sóftbol femenino y, entre otros partidos, pude presenciar uno entre Japón y Venezuela. Disfruté enormemente de aquel encuentro, aunque mis compatriotas cargaron con la derrota…

Al día siguiente, en la página oficial del torneo, apareció una foto mía con la bandera de mi país y una pancarta en la que escribí: «Amo a Venezuela y a mi esposa Japonesa».

Otra anécdota cortita: En el parque que está detrás de mi edificio, todos los martes en la mañana juegan sóftbbol unos señores de la tercera edad (en todo el archipiélago, la disciplina es ampliamente practicada por ese segmento de la sociedad). A pesar de que soy amigo de algunos desde hace varios años, nunca había podido acompañarlos porque es día laboral para mí. Pero ayer fue feriado y, por primera vez, ¡pude jugar con ellos!

Como imaginarán, me divertí en grande con los «abuelos», algunos de los cuales, a sus setenta y algo, juegan mejor que yo que soy un «chamo» de 53.

No hace falta decir lo contentos que están los japoneses – y yo – por la inclusión del béisbol/sóftbol en las Olimpíadas de Tokio 2020. Pero debo advertirles a mis queridos anfitriones – principalmente a mi esposa y a mi hija –  que si juegan béisbol contra México (único representante latinoamericano) seré un mexicano más y el más furibundo de los hinchas contra Japón.