La bendición de los cerezos (II)

marzo 30, 2010

      Aunque mi escrito anterior, “La bendición de los cerezos”, pudiera sugerir, involuntariamente, una vida familiar ideal, todos sabemos que nada es perfecto. Ciertamente, hoy puedo decir con honestidad y humildad que mi vida de esposo y padre es lo que siempre soñé, pero aclarando que en los 4 años transcurridos desde que aluciné por primera vez con los cerezos florecidos, junto a las alegrías también he vivido sinsabores.

 Después de aquellas vacaciones inolvidables, signadas por la aventura, el amor y las flores del cerezo, debí regresarme solo a China para completar mi período laboral, pero al poco tiempo se me unieron mi esposa y nuestra “barriguita”. Cinco meses después, mis suegros fueron a visitarnos y, luego de una breve y muy placentera estadía, volvieron a japón llevándose a mi barrigona esposa, quien estaba a un mes y algo de dar a luz. Yo permanecí la mitad de ese tiempo en Beijing, y eventualmente partí a tierras niponas para estar con mis dos amores durante el alumbramiento, y establecernos definitivamente en Tokio.

 Me es imposible describir con palabras la felicidad de esos primeros días, antes y después del nacimiento de nuestro tesoro. Es sencillamente indescriptible. Ante la dicha que nos produjo su gloriosa llegada a nuestras vidas, las noches sin dormir, los malestares de mi esposa, la vergüenza por vivir “arrimados”, mi desempleo, etc., eran realmente pequeñeces.

 Pero todo tiene un límite. Así como la noche limita al día, y el invierno limita al verano, algunos momentos tristes limitaron nuestra felicidad….

 Algunas situaciones incómodas con los suegros que yo inicialmente percibía como tonterías, atribuidas a nuestras marcadas diferencias culturales, se fueron convirtiendo gradualmente en focos de tensión, primero, y de conflicto, después. La convivencia familiar, tan armoniosa al principio, se volvió en extremo difícil a los pocos meses. Pienso que entonces lo único que impidió un enfrentamiento entre nosotros fueron el respeto, la educación y el pacifismo que, afortunadamente, todavía nos asistían en los momentos conflictivos. Sin embargo, una vez, mi cuñado y yo casi llegamos a la violencia física, luego de una acalorada discusión.

 La situación se tornaba cada vez más insoportable y, como es lógico, comenzó a afectar directamente la comunicación con mi esposa, quien desempeñaba el muy delicado y extenuante papel de mediadora entre su familia y yo, sin poder tomar partido por ninguna de las partes. Es cierto que ella y yo hacíamos un esfuerzo consciente por evitar pelearnos. Recuerdo que comenzamos a discutir mucho, pero era preferible a guardar silencio, ya que al menos podíamos desahogarnos. Aun así, tratábamos a toda costa de preservar el oasis de paz y amor que conformábamos los dos junto a nuestra adorada bebé. Pero las críticas y recriminaciones mutuas eran cada vez más frecuentes, por lo que vivimos momentos en verdad amargos para ambos.

 Gracias a Dios, nuestro amor aun resistía como los frondosos datileros del desierto, dándonos sombra y cobijo. Y nuestra amada hija era fresco manantial de alegría y esperanza. Pero, nuestro edén estaba rodeado por un desierto arenoso que nos cubría lentamente con tormentas de problemas.

 Debo señalar que tanto mis suegros como mi cuñado también adoraban con locura a nuestra hija, y eso con toda seguridad los ayudó igualmente a sobrellevar sus desavenencias conmigo.

 En medio de aquella situación ya insostenible, finalmente conseguí un trabajo que nos permitió mudarnos a un apartamento alquilado. Un cambio de casa – y de suerte – que llegó justo cuando más lo necesitábamos.

 Tras la oportuna mudanza, mi relación con los suegros se mantuvo tensa; yo me resistía a los acercamientos que ellos hacían, y me rehusaba a cualquier contacto que no fuera estrictamente necesario. Pero siempre me recordaba a mí mismo que ellos son los padres de mi esposa y los abuelos de mi hija, por lo que al menos debía mantener la tregua, y evitar más discordia.

Pero ocurrió que mi resistencia se fue debilitando. No hay mal que dure cien años… poco a poco el río retomó su cauce. Incluso afloró de nuevo – como las flores del cerezo cada primavera – el cariño que nos había unido años antes, en mi primer viaje a Japón.

 Vale destacar que esa transformación no podemos atribuirla solamente al tiempo (aunque estoy de acuerdo en que éste lo cura todo). Todos los involucrados tuvimos que poner de nuestra parte para restablecer la comunicación perdida, y superar las diferencias que nos hubieran podido enemistar para siempre, con las tristes consecuencias para nuestras vidas y, sobre todo, para la de nuestra hija.

"Santuario en flor" / Ángel La Rosa

 Esto me lleva a hacer algunas modestas reflexiones sobre las enseñanzas obtenidas de esta dura pero aleccionadora experiencia. Si bien son aspectos que todos conocemos, decidí escribirlos para recordarlos siempre que haya menester en la vida. Aunque espero fervientemente que cada vez me hagan menos falta.

  • En general, la convivencia humana (de pareja, grupal, social, etc.) es trabajosa, y más aun en casos de diferencias culturales muy marcadas.
  • Por erráticas y hostiles que nos parezcan algunas actitudes de personas del país anfitrión, debemos esforzarnos por recordar que su perspectiva de las cosas puede ser muy distinta a la nuestra, si no opuesta. Esto se debe a valores y nociones que adquirimos con solidez, por muchos años, en nuestros respectivos contextos culturales.
  • En una relación de tipo intercultural se requieren dosis mayores de tolerancia, empatía y amor hacia el prójimo, para mantener el diálogo y aspirar a alcanzar una relación armoniosa.
  • El instinto de conservación hace que los individuos se vean a sí mismos como el centro del universo; mejor que los otros. Esto se extiende a los grupos humanos: “nuestra cultura es mejor que las demás”. Pero lo cierto es que es imposible y, sobre todo, inútil, comparar culturas en dichos términos. Ninguna cultura es mejor o peor que otra.
  • Para que una relación moribunda resucite, tiene que existir un deseo vehemente de salvación por parte de los involucrados. Esto es un requisito sine qua non.
  • El orgullo en ocasiones funciona como un escudo protector, pero la más de las veces se yergue como una muralla infranqueable que impide toda reconciliación posible con el “enemigo”.
  • Cuán difícil es perdonar y reconocer nuestras faltas, pero cuán beneficioso es para sanar las heridas de odios y resentimientos.
  • A veces pensamos erróneamente que el rompimiento drástico y definitivo de una relación es la solución más práctica y efectiva. Pero todos sabemos que sentimientos negativos generan mal, y que sentimientos positivos generan bien.

Por estos días, estamos aguardando impacientes y emocionados la primorosa floración de los cerezos. Así que quiero finalizar con un breve comentario sobre tan anhelado acontecimiento. Hay rituales que contribuyen a consolidar la unión y el amor en la familia. Los dos últimos años he ido gustosamente con mis suegros a contemplar los cerezos en flor, y hemos compartido un sin fin de actividades más. No digo que las flores del cerezo sean las responsables directas de las buenas relaciones familiares actuales, y que no vaya a polemizar con ellos en el futuro. Lo que sí aseguro es que han contribuido notablemente a mejorar el entendimiento entre nosotros.

En cada contemplación de ese portento de belleza natural, abrazando a mis dos tesoros, y observando en silencio  a mis suegros japoneses, siempre agradezco a Dios en el alma por ese irrepetible instante de unión y paz, y le pido sabiduría para proseguir mi camino en pos de un mayor acercamiento hacia ellos y su rica cultura nipona.

"Armonía" / Ángel La Rosa

¿Cerezos, anti-estrés?

¿Te sientes algo estresado estos días? Si eres uno de los afortunados con trabajo estable, posiblemente estás laborando mucho y descansando poco, lo cual te produce una fatiga permanente que, como es lógico, también te genera estrés mental. Si por el contrario trabajas unas pocas horas semanales, o peor aun, estás desempleado, posiblemente las preocupaciones por no estar generando ingresos suficientes se transforman en ansiedad. Y si a eso le sumamos que el frío no termina de irse…Nos referimos al tema del trabajo porque ya sea que tengamos demasiado, poco o nada, éste siempre es un probable foco de tensión en nuestras vidas. Pero aparte de nuestra condición laboral, en nuestro día a día abundan otras potenciales causas de estrés: conflictos con la pareja; falta de comunicación con los hjos; familiares con problemas en nuestro país de origen; salud debilitada; dificultad para adaptarnos a la sociedad japonesa, y un largo etcétera.

Es normal que nos afecten estas situaciones, al punto que podamos sentirnos preocupados, irritados, y hasta alterados. Después de todo, el estrés, al ser un a respuesta a una situación determinada, es una señal que nos alerta, y que debería hacernos tomar medidas para salir de la sitiuación estresante lo antes posible. Lo importante en estos casos es identificar el origen del malestar y aplicar correctivos oportunamente, con el fin de impedir que el problema aumente y escape de nuestras manos, volviéndose incontrolable. Y es aquí donde entran las flores del cerezo…

No es nuestra intención trivializar o minimizar las posibles causas de tu estrés. Por el contrario, nos atrevemos a hacerte estas sugerencias porque al igual que tú estamos sometidos diariamente a una serie de circunstancias estresantes, pero en esta estación primaveral encontramos en la contemplación de las flores del cerezo (sakura,  en japonés) una fuente de relajación adicional y un alivio temporal a la tensión que nos generan las preocupaciones cotidianas.

En mi caso particular, ayer (martes 6 de abril) en la mañana, luego de varias horas frente a la computadora, sintiendo cansancio corporal y preocupación por mi falta de ingreso fijo (aunque trabajo en el blog día y noche) tuve conciencia repentina del día soleado y espectacular que se me ofrecía justo ahí afuera. Así que me eyecté de la silla, me armé de la cámara fotográfica, y salí en la bicicleta a buscar bonitos cerezos en flor por mi vecindario, para captar las imágenes que decoran hoy mi blog. Como es de suponer, mi situación económica no cambió en nada – por el momento – pero al menos regresé a mi aptartamento y a mi computadora con energía e inspiración renovadas, para escribir estas modestas líneas, que espero sean de interés y utilidad a alguien, y sean también beneficiosas para mi blog, para mi familia y para mí.

¨Lucky phone¨ /Ángel La Rosa

¨Lucky phone¨ /Ángel La Rosa

Beneficios de contemplar la sakura:

  • En general, la contemplación de obras de belleza naturales o hechas por el hombre nos produce una sensación de bienestar.
  • En teoría, las maravillas naturales nos producen mayor satisfacción, debido a que nosotros mismos, como humanos, somos obra de la madre naturaleza.
  • Los cerezos florecidos son un deleite para la vista y el corazón.
  • La observación de los cerezos en flor es fuente tanto de entretenimiento como de conocimiento.
  • La contemplacón individual de los cerezos puede brindarnos un mometo a solas, de tranquilidad y meditacón, sumamente beneficioso para aclarar la mente en procura de soluciones a situaciones determinadas.
  • La contemplación grupal de los cerezos nos permite socializar, y estrechar lazos de amistad (en un ambiente relajado y de singular belleza), lo cual nos ayuda a crear redes de apoyo importantes para llevar una vida equilibrada.
  • La contemplación de los cerezos en familia propicia la comunicación y la unidad en el seno familiar.
  • Un picnic bajo un florido cerezo refuerza nuestros hábitos de sano esparcimiento, mediante la realización de actividades recreativas al aire libre.
  • La observacón de los cerezales florecidos nos ayuda a fomentar el respeto y el cuidado del medio ambiente.
  • La participación en este “ritual” primaveral nos permite aprender sobre cultura y costumbres japonesas, y facilita nuestra integración a la sociedad nipona.
¨Japón entre sakuras¨ / Ángel La Rosa

¨Japón entre sakuras¨ / Ángel La Rosa

Para finalizar, quisiéramos insistir – aunque parezca obvio – en que si bien el solo acto de contemplar los hermosos cerezos florecidos no resolverá nuestros problemas, si nos ofrece incontables beneficios, como la oportunidad valiosa de descansar el cuerpo y la mente, lo que nos hará ver las complicaciones mundanas, y la vida en general, con mayor serenidad, comprensión y optimismo.

¨Stressless sense¨ / Ángel La Rosa

¨Stressless sense¨ / Ángel La Rosa

Ángel Rafel LaRosa Milano

Director-fundador de SOL, Servicio y Orientación al Latino

«El sol brilla siempre dentro de ti»


Acoso escolar: Como enfrentarlo

marzo 22, 2010

(Escrito publicado originalmente el 22 de marzo de 2010)

La noticia reciente sobre el acoso que habría sufrido la princesa japonesa Aiko por parte de algunos compañeritos de escuela causó revuelo y consternación en la sociedad japonesa, así como en la opinión pública en general, dentro y fuera de Japón.

La preocupación expresada por una mujer y madre latinoamericana en una carta enviada al semanario International Press en Español, me motivó a publicar este escrito sobre como ayudar a nuestros niños a enfrentar posibles situaciones de acoso escolar. En dicha carta, la Sra. se pregunta, con mucha razón, que si eso le ocurría a una princesa japonesa que podíamos esperar los inmigrantes para nuestros hijos.

ACOSO ESCOLAR

 (Texto del Instituto Australiano de Orientadores Profesionales, traducido del inglés al español por Ángel La Rosa).

      Según Rigby (2006), el acoso es el acto intencional de causar daño y aflicción a otros, mediante hostilidad, agresión física, y otras formas más sutiles de intimidación como la manipulación. El acoso puede ser verbal, físico o emocional, y se produce cuando una persona (el agresor) incapaz de controlar su rabia, resentimiento o agresividad (y con problemas de comunicación social e interpersonal), descarga en otra persona (la víctima) su agresividad, y su necesidad de control y poder. Con el fin de molestar a la víctima, el agresor utiliza métodos tales como la crítica, la manipulación, la exclusión, el aislamiento y la burla (Masheder, 1998).

El acoso puede ocurrir en casi cualquier lugar donde interactúen las personas, por ejemplo, en la escuela, la oficina y el hogar. En el contexto de la escuela, el acoso suele ocurrir en áreas con escasa o nula supervisión de adultos o profesores. Puede darse alrededor de los edificios escolares, y más frecuentemente durante las clases deportivas o a la hora del almuerzo; en los baños o durante actividades realizadas al terminar las clases (Elliot, 1991).

Un niño víctima de acoso que no recibe asistencia o tratamiento oportunos generalmente se vuelve pasivo, retraído y falto de la capacidad de interacción social necesaria para relacionarse con otros como adulto. ¿En tu condición de orientador, padre o amigo, sabes qué pueden hacer los niños para enfrentar el acoso?

Actitud frente al acoso

Existen varias técnicas de orientación y algunas estrategias que pueden mejorar la capacidad de la víctima para enfrentar y detener el acoso. Estas incluyen el enseñar a un niño que ha sido acosado y que se muestra pasivo como aumentar su autoestima; como ser más asertivo y hacer valer sus derechos sin violar los de los demás. Uno de los métodos más efectivos que puede usar el orientador para contrarrestar el acoso es enseñar al niño afectado formas de resolver conflictos. El aprendizaje oportuno de dichas formas, permite que los escolares estén mejor capacitados, preparados, y apoyados para enfrentar favorablemente situaciones conflictivas en la escuela, en el hogar, y más adelante en sus vidas. La resolución de conflictos incluye escuchar atentamente, negociar, y desarrollar la asertividad, entre otras técnicas.

Cómo enseñar la resolución de conflictos

  •  Discuta y evalúe el comportamiento del niño (pasivo, asertivo, agresivo). Utilice un lenguaje acorde a la edad y al nivel de comprensión del niño.
  • Explique al niño la importancia de que pueda defender sus derechos por sí mismo.
  • Explique al niño que las técnicas de resolución de conflictos lo ayudarán a enfrentar el acoso.
  • Practique con el niño como comunicarse en forma asertiva.

Estas son algunas frases para lograr una comunicación asertiva:

  • Afirmación: Cuando tú haces… / cuando te veo… yo me siento…
  • Confirmación: ¿Puedes decirme lo que tú crees que yo dije?
  • Ratificación: Sí, yo entiendo que tú estés molesto conmigo.
  • Invitación: ¿Simplemente no podemos ser amigos?
  • Acuerdo: ¿No sería mejor que jugáramos con otros amigos y no juntos?
  • Diálogo: ¿Cómo piensas que podemos mejorar esta situación?
  • Feedback: ¿Te sientes… cuando yo…? Puedo ver que estás molesto.
  • Aceptación: Ahora entiendo por qué tú piensas que…
  • Pregunta: ¿te molestaste cuando yo…?

Otras técnicas para la resolución de conflictos:

  • Es importante ayudar al niño a entender mediante otras actividades que le permitan expresarse, tales como juegos, diálogos, manualidades, dibujo, etc..
  • La comunicación asertiva puede resultar muy efectiva. Enseñar al niño a decir, no me gusta que tú… puede ser muy útil.
  • Evalúe el nivel de autoestima del niño preguntándole cómo se ve a sí mismo, y cuáles serían las cosas buenas y no tan buenas de su persona.
  • Para poder aplicar la resolución de conflictos efectivamente es importante que el niño tenga un concepto positivo de sí mismo. Por eso, la creación de autoestima puede incluirse en el proceso de resolución de conflictos.
  • Estimule al niño a expresar sus sentimientos abiertamente. Explíquele que inhibirse o retraerse puede aumentar sus sentimientos de tristeza y aislamiento.

A continuación hay una serie de preguntas que pueden utilizarse para enseñar al niño como manejar sus sentimientos:

  • ¿Por qué me estoy sintiendo de esta manera? ¿Qué es lo que quiero cambiar?
  • ¿Qué debo hacer para dejar de sentirme así?
  • ¿De quién es el problema realmente, mío o de ellos?
  • ¿Cuál es el mensaje que debo interpretar en esta situación? Por ejemplo, ellos no me aprecian; ellos no me respetan.

Finalidad de expresar las emociones.

  • Comunicar los sentimientos de rabia, dolor o miedo.
  • Cambiar la situación.
  • Evitar volver a sentir nuevamente rabia, dolor o miedo.
  • Mejorar la relación y la comunicación.

Seguidamente,  Morrison 1998) y Ross (2002) proponen otras estrategias para que los orientadores ayuden a los niños a contrarrestar el efecto del acoso:

  • Estimule al niño a hablar a los adultos (padres, amigos o profesores) sobre la situación que lo afecta.
  • Hágale saber al niño que el acoso en ningún caso es aceptable o merecido.
  • Mantenga contacto con las autoridades escolares. Discuta el asunto con ellos.
  • Proponga a la escuela que haya más supervisión en el patio, en los baños, etc..
  • Ponga énfasis en el cuidado, el respeto y la seguridad.
  • Enfatice las consecuencias de ser acosado y de acosar a otros.
  • Discuta sobre las medidas existentes en la escuela para garantizar acción inmediata en casos de comportamientos agresivos y abusivos.
  • Enseñe al niño conductas positivas, y estimúlelo a relacionarse con personas en quienes pueda confiar.
  • Enseñe al niño actividades de aprendizaje en grupo; de cooperación mutua.
  • Enseñe y ayude al niño a controlar su rabia, mediante el desarrollo de una actitud empática hacia los otros niños.
  • Promueva las relaciones positivas dentro del grupo de amigos.

Primavera en el cielo de Beijing

marzo 19, 2010

(Artículo de mi autoría, publicado por la revista ¨China Hoy¨, en abril de 2006, y compartido aquí en SOL, en marzo de 2010).

http://www.chinatoday.com.cn/hoy/2006n/s2006n4/p54.html

Cometa chino / foto de China Hoy

(ACLARATORIA: Condeno duramente  las violaciones de los derechos humanos a la minoría uigur por parte del gobierno chino, y condeno igualmente el apoyo que ese gobierno da al genocida autócrata ruso, Vladimir Putin, en su criminal invasión a Ucrania. No obstante, profeso respeto, cariño y admiración sinceros al pueblo chino).

En las regiones del mundo donde se producen las cuatro estaciones, la época primaveral es, quizá, la más esperada por todos, porque si bien cada estación tiene su encanto particular, la primavera es renacer, comienzo y despertar de vida en la naturaleza y en el corazón de las gentes, quienes, al liberarse de sus ropas de invierno para sentir del sol los rayos, también liberan su espíritu, ante la promesa de renovación que encierra la llegada de la primavera.

Beijing no es la excepción. A finales de febrero, principios de marzo recibe la ansiada visita de la estación floral. Y, aunque en la próspera capital china los edificios también crecen como flores silvestres, el sentido de armonía y la creatividad intrínsecos del pueblo chino se conjugan para adornar la ciudad de belleza primaveral; se decoran todos los espacios urbanos disponibles, y Beijing se convierte en mosaico gigante de plantas y flores multicolores, para disfrute terreno y espiritual de los beijineses y los visitantes.

Pero, no sólo las calles, las plazas y los parques capitalinos exhiben encanto primaveral; el cielo de Beijing también se llena de primavera, con centenares de coloridos cometas chinos. Gracias a la inventiva característica de la milenaria cultura china, se consiguen cometas en todas las formas imaginables. Los más populares y realistas – por su condición aérea – son las aves (este año predominará la golondrina, por ser una de las 5 mascotas de las Olimpiadas de Beijing 2008), los aviones y los cohetes espaciales chinos “Gran Marcha”. Pero, aquí en China no sólo vuelan animales y objetos alados, también vuelan dragones y leones chinos, y cualquier cosa que permita la imaginación, convirtiendo al cielo beijinés en un circo de magia y color.

Aunque volar cometas puede considerarse una actividad lúdica colectiva, es más bien una experiencia íntima entre el hombre y ese objeto volador que representa su deseo físico de volar como las aves, y sus sueños de trascendencia. Por ello, no es sólo el viento, sino la ilusión y la fe de su dueño lo que permite al cometa elevarse y mantenerse en el cielo. Yo, como espectador, comparto esa sensación, y cuando veo un cometa remontando las nubes, muy alto en el cielo, quisiera acompañarlo en su vuelo libre y sereno.

Cometa chino / Foto de China Hoy

Comunidad voladora de cometas

En la primavera de 2004, fui invitado por la Universidad de Beijing a asistir – en representación de los estudiantes extranjeros – a una competición de vuelo de cometas en un municipio en las afueras de la ciudad. Me sorprendieron gratamente la excelente organización del evento y la nutrida participación de competidores y espectadores de dicha comunidad. Inesperadamente, las autoridades locales me pidieron que dijera unas palabras (con traducción de la estudiante china que me acompañó). Acepté, honrado, pero sin saber qué podía yo a decir a aquellos expertos voladores de cometas. Mientras me entregaban el micrófono, vino a mi mente la letra de una canción tradicional infantil venezolana que habla, justamente, sobre cometas (“papagayos”, en mi país), y por ahí comencé… Al final, más confiado, les expliqué que en mi opinión esos eventos sirven para preservar y fomentar las tradiciones, y para promover las actividades de sano esparcimiento familiar en la comunidad.

Al término de aquella pintoresca y animada competición, me regalaron un bonito cometa chino y me hicieron volarlo. Y, aunque volé papagayos cuando niño, disto mucho de tener la pericia de los chinos (y, para ser justos, había muy poco viento), así que el público debió conformarse con el vuelo muy breve y rasante de mi cometa, mientras yo corría como loco tratando de elevarlo. ¡Al menos, se rieron bastante!

Antes de despedirme, tuve oportunidad de compartir con personas de todas las edades (siempre con mi amiga traduciendo). En un momento, me vi rodeado por curiosos niños de entre 7 y 9 años de edad, ¡que hablaban inglés¡ Ante mi sorpresa, me explicaron que estaban aprendiéndolo para ayudar en las Olimpiadas de Beijing. Les manifesté mi sincera admiración y los felicité. Además, los exhorté a que en el futuro siguieran volando cometas y mejorando su inglés, para que China siga siendo un gran país y organice unas fantásticas olimpiadas. Cuando me despedía de aquellos encantadores niños chinos, se me acercó una pequeñita, y en un gesto que nunca olvidaré se quitó un bonito collar para obsequiármelo como recuerdo de aquel emotivo encuentro. Inicialmente me rehusé a aceptarlo, así que buscó a su mamá para que me convenciera. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y los niños me preguntaron por qué lloraba. La estudiante china les tradujo mis palabras: “Mis lágrimas son de pura alegría. Esta linda niña, y todos ustedes con su generosidad y ternura me hacen muy feliz”.

Siempre pensé que los cometas requerían espacios abiertos y extensos para poder volar. Pero, en Beijing, los voladores de cometas desafían toda lógica, y con increíble pericia logran elevarlos desde lugares imposibles: en medio de altos edificios, en plena avenida o entre los árboles. En Beijing, es común ver cometas solitarios volando entre edificios enormes, creando un contraste interesante entre la espesa selva de concreto y el bonito juguete volador que anuncia la primavera, y brinda sosiego a esta agitada metrópolis. Por esta época, desde las oficinas de traducción en el piso 8 del edificio de CCTV, ya diviso cometas en el horizonte, que también traen sosiego y alegría a mi espíritu en primavera.

Vuelo cultural del cometa chino

A la edad de 10 años, conocí el Barrio Chino de la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos. Entonces, la cultura china ya ejercía cierta fascinación en mí. Allí me antojé de un espectacular cometa en forma de dragón, con 10 metros de cola, y convencí a mis padres de que lo compraran. Recuerdo como si fuera ayer la gran sensación que causó aquel dragón volador en Venezuela, y los momentos felices que pasé junto a mi padre viéndolo elevarse majestuoso en el cielo. Hoy, 30 años después, mis sueños de aventura, mi interés por la cultura china y el destino me trajeron a esta hermosa tierra, y deseo a sus habitantes que la prosperidad que ambicionan llegue tan alto como sus cometas en los cielos de China.

Mi madre, quien vino a China en verano de 2004 a pasarse un mes conmigo por mi graduación, quedó fascinada con vitalidad de la cultura china y con la vigencia de sus ancestrales y hermosas costumbres. Ella se autodenomina “ciudadana del mundo”, y atribuye gran valor a la diversidad cultural de la humanidad. Así que me pidió que si escribía sobre los cometas, dijera que llevé a Venezuela el que me obsequiara aquella gentil y entusiasta comunidad beijinesa, para volarlo en los cielos venezolanos. Además de la dicha experimentada por mis amados sobrinos, Venezuela y China se unieron en un abrazo cultural, ya que con cada pirueta aquel cometa llenaba el cielo de mi país con la historia y la belleza creativa de esa milenaria tradición china.

En esta estación de flores y canto de aves, también quiero ver la primavera en el cielo de Beijing, constelación de cometas multicolores contra el azul infinito, expresión de los sueños bonitos de esplendor y felicidad que alberga el noble pueblo chino.

Ángel Rafael La Rosa Milano, director-fundador de Sol, Servicio y Orientación al Latino

«El sol brilla siempre dentro de ti» 


Eventos traumáticos: ¿Cómo podemos ayudar a las víctimas?

marzo 18, 2010

Boston.com / Foto de «New York Times» / por Tequila Minsky

(Publicado en el 18 de marzo de 2010)

Estimado(a) visitante,

En nuestra revisión diaria del inmenso volumen de información generado por las tragedias ocurridas en Haití y Chile, nos detenemos a pensar en la urgente necesidad de apoyo emocional y de ayuda especializada en salud mental que tienen actualmente millones de personas en ambos países.

Es por ello que queremos compartir contigo un breve texto sobre cómo ayudar a personas afectadas emocionalmente por desastres naturales y demás eventos traumáticos. Vale la pena recordar – sin querer ser pesimistas ni agoreros – que el archipiélago nipón se caracteriza por su elevada actividad sísmica, y que es aconsejable estar preparados para ayudarnos a nosotros mismos y para ayudar a los demás, en caso de una eventualidad.

Cómo ayudar a un familiar o amigo que vive una experiencia traumática.

(Texto de la Universidad de Melbourne, Australia. Traducido al español por Ángel La Rosa)

      Para una persona puede resultar muy difícil sobreponerse a un evento traumático como un accidente, una agresión o un desastre natural; puede tomarle tiempo aceptar lo que ha ocurrido. Tanto los días siguientes al evento como las próximas semanas serán muy difíciles.

Después de un suceso traumático, es común que la persona experimente diversas sensaciones. Puede sentir miedo, pánico, tristeza, culpa, frustración, rabia y desamparo. Estas reacciones son normales y, en la mayoría de los casos, al cabo de pocas semanas serán menos intensas. Durante ese período, el apoyo de familiares y amigos es de vital importancia. Hay algunas cosas que Usted puede hacer para ayudar.

En algunas personas, las complicaciones pueden prolongarse más de un par de semanas, en ese caso es importante consultar a un especialista.

despuesdegoogle / Foto de » National Geographic» y «Huffington Post»

Proporcione ayuda práctica y estímulo

  • Entienda que la persona vivió una experiencia extremadamente perturbadora; que puede necesitar tiempo y “espacio” para asimilar lo que le ha ocurrido. Usted puede cooperar brindándole ayuda práctica en las tareas domésticas o cuidando a sus hijos, por ejemplo.
  • Es importante que la persona esté informada sobre los hechos, pero no es aconsejable que se exponga mucho a la televisión, la radio o la prensa escrita. Sugiérale que limite su tiempo de contacto con los medios de comunicación. Y ofrézcase Usted a seguir las noticias, para de esa forma mantener a la persona informada y evitar que ésta se sienta obligada a buscar información constantemente.
  • Con empatía, estimule a la persona a que vele por su propia salud; a que descanse suficientemente, aun si se le dificulta dormir; a que coma regularmente alimentos balanceados; a hacer ejercicios físicos moderados, en caso de que sea posible; a disminuir o eliminar el consumo de café, cigarrillos, drogas o alcohol. Ayúdela a encontrar tiempo para relajarse.
  • Estimule a la persona a retomar las rutinas normales lo antes posible. Esto la ayudará a recuperar el sentido de orden y control en su vida. Ayúdela a empezar con pequeñas metas diarias y a reconocer los pequeños logros. Pero no le permita llenarse de actividades como una forma de evitar sentimientos o recuerdos desagradables. Recomiéndele bajar el ritmo de actividad.
  • Sugiera a la persona hacer cosas agradables. Es importante que vuelva a realizar gradualmente actividades amenas y relajantes. Estimúlela a hacer al menos una actividad diaria que disfrute.
  • Ayude a la persona a tomar decisiones, pero no tome las decisiones por ella. Aconséjele que evite tomar decisiones importantes para su vida, tales como cambiar de hogar o de trabajo, inmediatamente después del trauma.
  • Estimule a la persona a pensar de manera constructiva sobre su vida. Ayúdela a planificar cosas que quiera hacer, y a reconocer los avances hechos hasta el momento. Por ejemplo, ¿qué crees que te ayudaría a sentirte mejor?; ¿hay algo que yo pueda hacer para ayudarte a sentirte mejor?; ¿tienes alguna preocupación o algún problema que podamos resolver juntos?; ¿qué has hecho en situaciones difíciles pasadas para sentirte bien?

Proporcione apoyo emocional

Su familiar o amigo tal vez quiera hablarle sobre la experiencia o sobre sus sentimientos. Trate de escuchar. Si es posible, elija un momento para hacerlo con tranquilidad, sin interrupciones; cuando ninguno de los dos esté apurado o cansado.

Usted puede tranquilizar a la persona diciéndole que después de un evento traumático es normal sentir dolor emocional. Incluso para personas “fuertes” puede resultar difícil.

 Hablar puede ser doloroso de por sí, y la persona puede sentirse irritada. Este es un paso normal en el proceso de superación del trauma. No se sienta Ud. obligado a subsanar esa aflicción. Si Ud. siente que la persona está muy afectada por la conversación, puede sugerir que continúen otro día: Si prefieres, podemos hablar mañana.

 Escuchar es muy importante, pero generalmente es difícil saber cómo responder. No se sienta Ud. obligado a decir siempre lo “correcto”; no hay nada correcto que decir, pero hay algunos puntos útiles:

  • Si la persona habla sobre su experiencia, escúchela atentamente. Procure entender el por qué de cada punto específico. Trate de “ponerse en sus zapatos”. No interrumpa; no dé ejemplos de su vida, ni hable sobre Ud. mismo. Trate de no calmar a la persona con fórmulas trilladas y superficiales como, yo sé como te estás sintiendo, o todo va a estar bien.
  • Invite gentilmente a la persona a hablar o a continuar hablando, mediante preguntas como ¿crees que sería beneficioso para ti hablar sobre lo ocurrido?; ¿qué es lo que más te preocupa actualmente?; pasaste por algo muy fuerte ¿cómo te sientes ahora?; ¿cómo se siente (Pedro)?
  • Ud. Puede responder a sus comentarios con frases como: Es realmente difícil pasar por algo así; es una experiencia muy dura para ti; a veces situaciones como esta pueden ser abrumadoras, y es difícil ver la luz al final del túnel.
  •  Después de escuchar lo que la persona tiene que decir, Ud. puede indicar que entendió repitiendo lo que ésta dijo. Ud. puede iniciar la respuesta con frases como: luces bastante (cansado / asustado); creo entender que… ; ¿entendí bien que tú.. ?; es lógico que te sientas…

 Si la persona no quiere hablar sobre lo ocurrido, o sobre sus sentimientos, no la presione. Sólo procure apoyarla, y concéntrese en brindarle ayuda práctica, así como otros temas de conversación. Permítale estar a solas, si es lo que la persona desea. Sin embargo, no es recomendable que se aísle demasiado; es conveniente que tenga compañía buena parte del día.

¿Cuándo solicitar ayuda profesional?

Ud. Puede tener necesidad de buscar servicios de asistencia o ayuda profesional. Si su familiar o amigo se siente muy afligido, asustado o desesperanzado; o si no es capaz de realizar las rutinas normales en la casa, el trabajo o la escuela, estímulelo amablemente y apóyelo en la búsqueda de ayuda profesional. Si la persona continúa experimentando problemas serios o aflicción luego de dos semanas de ocurrido el evento, hable con un doctor o con un especialista en salud mental.

Dónde obtener ayuda profesional

Siempre es bueno llamar primero a un doctor. Éste puede determinar si hay un problema y cuál es la mejor forma de abordarlo. Además, puede recomendar servicios de salud y especialistas en salud mental, tales como psiquiatras, psicólogos, orientadores y trabajadores sociales.

 La persona también puede obtener apoyo e información inmediatos, a través de las líneas telefónicas de ayuda.

SOL, Servicio y Orientación al Latino

«El sol brilla siempre dentro de ti»


La bendición de los cerezos

marzo 15, 2010

Hola, mis muy estimados Soleros. Quisiera saludarles en circunstancias más auspiciosas y no en momentos cuando la pandemia del Coronavirus está causando tanta tragedia a nivel mundial.

De hecho, siguiendo las recomendaciones  de las autoridades japonesas (mas bien blandas, en nuestra opinión), este año mi familia  y yo no realizaremos nuestro obligado «ritual» anual de contemplación de los cerezos en flor. Eso con el fin de evitar el riesgo de contagio.

Sabemos lo duro que es permanecer encerrados en casa por largo tiempo, y lo placentero que resulta disfrutar el florecimiento de los cerezales, pero desde SOL, los exhortamos encarecidamente a actuar con prudencia y a evitar grandes concentraciones de personas, como medida de protección contra el virus. Por ejemplo, una alternativa más segura sería asistir a lugares menos conocidos, poco concurridos, en horarios de baja afluencia. Muy temprano en la mañana por ejemplo.

El siguiente es un artículo «reciclado» – escrito en 2006 – que publico hoy nuevamente con la intención de transmitir, no triunfalismo, pero sí esperanza y solidaridad en nuestra batalla contra esta terrible pandemia.

Protéjanse, por favor.

Un abrazo,

Ángel La Rosa

 

Cerezo en flor

Picnic bajo un cerezo, abril 2007. Foto de Ángel La Rosa

(Escrito por Ángel Rafael La Rosa Milano, director-fundador de SOl,  en  septiembre de 2006)

Japón es uno de esos países que uno espera conocer algún día. En mi caso, por estar residenciado en China desde el año 2002, era sólo cuestión de organizarme para hacerle una visita a ese paradigma de gente amable, alta tecnología y cerezos. Pero, ni en mis sueños más fantásticos imaginé que mi primer viaje a tierras niponas sería para casarme con la mujer de mi vida. Así fue como el pasado mes de marzo viajé, en alas del romance, a la Tierra del Sol Naciente, para desposar a mi amada prometida japonesa, Michiyo.

A lo largo de mi vida he podido comprobar que el querer, en todas sus formas, tiene propiedades mágicas; funciona como una varita encantada que vuelve bonito todo lo que toca. Y esa magia de amor contribuyó, en gran medida, a la experiencia sin par que viví en Tokio.

Es sabido de todos que existen marcadas diferencias entre las culturas asiática y latina y, por ende, entre la japonesa y la venezolana. Por ello, a pesar de mi natural optimismo latino y mi confianza en la fuerza del cariño, no dejaba de inquietarme un poco el tan esperado encuentro con la familia de Michiyo. Ya ella me había advertido que sus padres son del tipo conservador; un tanto reservados, lo que contrasta con mi estilo más bien abierto y algo desenfadado. Pero, a pesar de todo, desde el mismo primer día, sus progenitores y su hermano me hicieron sentir como en mi casa; me brindaron calor de hogar. Y durante el mes que pasé entre los Mori, las distancias culturales se acortaron significativamente; nuestras diferencias se complementaron, generando una bonita y fructífera convivencia familiar intercultural.

Cerezo florecido

Cerezo florecido, abril 2007. Foto de Ángel La Rosa

Cuando relato esta experiencia única a mis familiares en Venezuela, y amigos en todo el mundo, para que me entiendan mejor les digo que el exquisito sushi y las pinturas tradicionales de mi suegra (que tiene ancestros samurais); los sabios consejos, el sake y las clases de kendo de mi suegro; las constructivas conversaciones con mi cuñado, y el amor de mi adorada Michiyo, me hicieron sentir como Tom Cruise en “El Último Samurai”.

Mi primer encuentro con Japón fue como una alucinación. Se combinaron mi embriaguez amorosa y la gran impresión que me causó Tokio con su ecléctica modernidad. Muchas cosas de esa deslumbrante metrópolis llamaron mi atención: el gran civismo de su gente, el contraste entre sus gigantes rascacielos y sus templos; la tolerante convivencia entre el conservadurismo y el más reciente liberalismo social japonés; la mezcla de candidez y desenfado de las adolescentes en super-mini faldas, y, por supuesto, su altísimo – pero afable – desarrollo.

La flor del cerezo

Bajo un florido cerezal, abril 2009. Foto de Ángel La Rosa

Sabía que la flor del cerezo es un símbolo nacional de Japón, y ya Michiyo me había hablado, con florecitas de contento en sus ojos, acerca de sus bonitos recuerdos de cerezos florecidos. Pero, algún día yo tenía que verlos, para entender realmente la devoción de los japoneses por este acontecimiento primaveral. La familia de mi esposa me explicó que, tal vez, los cerezos florecerían para principios de abril. Y yo tenía boleto de regreso a Beijing para el 30 de marzo. ¡Lastima! Durante mi estancia de un mes en Tokio percibí que éste es un es un hecho importante en la vida de los japoneses, quienes aguardan con ansia la llegada de ese obsequio de la primavera. Semanas antes, se muestran alegres y animados, recordando a cada instante que se acerca el tan esperado momento. Michiyo y su familia me contagiaron su entusiasmo; yo también quería ver florecer los cerezos. Pero, para entonces, ya yo estaría de regreso en China.

Contemplación del Cerezo, Tokio

Contemplación del cerezo, abril 2008. Foto de Ángel La Rosa

Curiosamente, esta primavera ocurrió algo inesperado: ¡los cerezos florecieron antes de tiempo! Fui privilegiado al poder disfrutar de ese maravilloso espectáculo natural, deleite para la retina y el espíritu. Un acontecimiento cultural único, los cerezos en flor son para los japoneses no sólo una primorosa manifestación de la primavera; simbolizan, sobre todo, la renovación del espíritu; anuncian tiempos felices. Durante dos semanas, nada más, la endiosada flor del cerezo comparte sus divinos encantos con los mortales, así que los japoneses disfrutan intensamente, dichosos y agradecidos, ese efímero regalo de los dioses. Los residentes de Tokio, en particular, contemplan extasiados los cerezos que embellecen las avenidas de la ciudad; realizan todo tipo de actividades culturales alusivas al florido evento; organizan celebraciones familiares; visitan parques para tomarse fotos, y para tomar té y sake tumbados a la plácida sombra de un frondoso cerezal. Así, pues, constaté que en tierras niponas los cerezos florecen por doquier, pero descubrí que sus flores abren, principalmente, en el jardín que hay en el corazón de todos sus habitantes.

Este mi primer viaje a Japón fue mágico, sin duda. Me casé con la mujer de mi vida, que espera un hijo de nuestro amor; conocí a mi bonita familia japonesa y pasé con ellos unas vacaciones perfectas. Cualquier cosa que yo pueda decir aquí no haría justicia a esa gran experiencia. Así que para finalizar, sólo diré que me gusta pensar que esta primavera en Tokio, los cerezales florecieron anticipadamente para mí, como un pequeño milagro de amor, en señal de que mi matrimonio con mi adorada esposa Michiyo; nuestro bebé en camino, y la unión de nuestras familias fueron bendecidos por el cielo con las hermosas flores del cerezo.

Contemplación del cerezo

Contemplación del cerezo, abril 2007. Foto de Michiyo

 

 

 

 

 


A nuestros hermanos chilenos

marzo 2, 2010

Imagen del terremoto en Chile. Bandera de valor, fe y dignidad

Estimado (a) visitante,

Todavía nuestros hermanos haitianos y toda la comunidad internacional no nos hemos recuperado de la tragedia que enlutó y destruyó injustamente gran parte de esa humilde nación caribeña, y la naturaleza ataca de nuevo, inesperada y furiosamente a otro país amigo, Chile.

Al pueblo haitiano queremos ratificarle nuestro compromiso de contribuir, en la medida de nuestras modestas posibilidades, a la reconstrucción espiritual y material de esa pequeña pero gran nación.  Y a nuestros hermanos latinoamericanos chilenos, en ese país y en el mundo entero, queremos enviarles nuestras más sentidas palabras de condolencia por los cientos de irreparables muertes ocasionadas por el terremoto, y expresarles nuestra solidaridad y nuestro apoyo moral. Asimismo, nos ofrecemos para ayudar en lo que esté a nuestro alcance. 

Nuestras acciones y oraciones están con los hermanos chilenos.

 

Ángel Rafael La Rosa Milano, Director-fundador de SOL, Servicio y Orientación al Latino 

«El Sol brilla siempre dentro de ti»