DAR Y RECIBIR

noviembre 26, 2010

(Nota: Este escrito de mi autoría es el mismo publicado en noviembre del año pasado, 2010)  

“Hay que dar para recibir”. Según este elevado principio, obtenemos de los demás – y de la vida – en la misma medida en que entregamos. Pero, en un mundo cada vez más materialista, la interpretación y el uso que hacemos de esa ley universal no son los más acertados.

 Básicamente, lo que establece dicho principio es que si somos generosos de espíritu con nuestros semejantes y con el universo entero, seremos recompensados con la misma generosidad. Pero, no significa que debamos esperar, a propósito, recompensa alguna por nuestras acciones bondadosas; hay que dar con desprendimiento, sin esperar nada a cambio. De lo contrario, desvirtuamos el acto de dar, y simplemente lo usamos como un instrumento mercantil para comprar “bienes” al receptor de nuestra acción. Es decir, la errónea aplicación de dicha regla lleva a algunas personas a dar compulsivamente, con el fin de ganar la  gratitud incondicional de los demás, y los muchos otros beneficios que ello implica, como poder y control, entre otros.

Me gusta recordar la época de mi vida cuando dar y recibir eran gestos espontáneos. Si dábamos algo a alguien lo hacíamos por el mero placer de hacerlo; con el fin de alegrarle la existencia; como un gesto de amistad. Y aun en los casos donde dábamos algo en reciprocidad por algún bonito gesto recibido, lo hacíamos con naturalidad; sin precipitación ni angustias; sin más obligación que la que imponen tácitamente la nobleza y las buenas costumbres. Simplemente un beso, un abrazo, una sonrisa, o una palabra de agradecimiento nos hacían felices; eran nuestro mayor premio cuando ofrendábamos algo a alguien. Sí, lógicamente al final se construían muchas amistades duraderas dando y recibiendo, pero siempre de una manera sana.

En esos años, cuando éramos objeto de alguna atención que sabíamos desinteresada, agradecíamos gustosamente de palabra y de corazón, sin recelos ni temores por obligaciones o compromisos indeseados. Recibíamos con los brazos abiertos, contentos y agradecidos, a sabiendas de que se nos presentaría la oportunidad de devolver la deferencia, a su debido momento y en la medida de nuestras posibilidades.

Si necesitábamos y obteníamos un favor de alguien, quedábamos en “deuda”. Sí. Pero gustosos, confiando en que tarde o temprano lo retribuiríamos de algún modo, ya que “nobleza obilga”. Pero siempre de acuerdo a nuestras capacidades; sin temer “pases de facturas” demandando cosas fuera de nuestro alcance material ni reñidas con nuestros valores.

Pero las cosas cambian, y no siempre para bien. Actualmente, para millones de seres humanos la acción de dar y recibir tiene un sentido meramente pragmático. Esto puede apreciarse fundamentalmente en el hecho de que a muchas personas no les gusta agradecer; temen hacerlo, y lo evitan a toda costa. Porque en su mentalidad dar las gracias los compromete; es dejar constancia fehaciente de que recibieron algo; es firmar un recibo que más tarde tendrán que pagar. Por ello, para disimular cuando son objeto de algún gesto, se abstienen de pronunciar la palabra “gracias”. Incluso en situaciones obvias, donde es lo único que se puede – y se debe – decir. Dichas personas llevan la cuenta exacta de las veces que dan y las veces que reciben, para asegurarse de que la balanza comercial de favores realizados se inclina hacia su lado, y la de favores recibidos, del otro lado. Y asumen el dar para recibir como una férrea competencia de quien es más “generoso”, para así obtener más a cambio, y deber menos. Pero cabe señalar que no podemos ocultar o ignorar una buena acción recibida ya que ésta constituye en sí misma la mejor evidencia.

Ya prácticamente estamos en navidad. Es el momento perfecto para intentar despojarnos de las nociones mercantilistas que contaminan cada vez más nuestra natural disposición a dar y recibir. Al final, todos los seres humanos de una u otra forma buscamos la felicidad. La satisfacción espiritual que se siente dando y recibiendo desinteresadamente es tan inmensa que eclipsa totalmente los placeres o temores materiales de hacerlo condicionados.

En estas navidades, busquemos la felicidad con un “toma y dame” de amor y paz. Sobran razones para intentarlo.

Ángel Rafael La Rosa Milano

«el sol brilla siempre dentro de ti»


Consultoría y ayuda en Saitama

noviembre 5, 2010

 

¡Hola Familia!

Hermanos latinos residentes de Saitama, sírvanse tomar nota de 2 importantes servicios de atención para extranjeros disponibles en dicha prefectura.

1) Centro de Consulta de Saitama (Gaikokujin Shien Soudan Senta)   

Consultas  totalmente gratuitas, a cargo de expertos en inmigración (visado, otros); consulta de empleo (seguro laboral y de desempleo, salario impago, despido sin previo aviso, otros). Intérprete gratuito en español, portugués.  Se requiere reservación.

  • Atención: Lunes, miércoles y viernes.
  • Horario: 9:00 a 12:00 y 13:00 a 16:00
  • Reservación: Telf: 048-833-3600 (lunes, miércoles, viernes);  e-mail: sodan@sial.jp 

2) Nuevo servicio de traducción telefónica para extranjeros

Si Ud. se encuentra en alguna dependencia pública perteneciente a la prefectura de Saitama (municipalidad, hospital, etc.), y tiene dificultades por no hablar japonés, puede recurrir a este servicio de traducción vía telefónica. Además, Ud. puede solicitar información sobre asuntos diversos de la vida en japón. La ayuda está disponible en 8 idiomas.

  • Atención: lunes a viernes
  • Horario: 9:00 a 16:00
  • Telf: 048-833-3296   

 

SOL, Servicio y Orientación al Latino

«El sol brilla siempre dentro de ti»


Beisbolista colombiano lidera triunfo mundial

noviembre 2, 2010

     

 Como venezolano, son muchas las personalidades de Colombia que, en los más diversos ámbitos, me hacen sentir admiración – y hasta sana envidia – por ese país vecino y hermano.  Hoy tengo que sumarle alguien más a la lista: Edgar Rentería, un veterano beisbolista neogranadino con 15 años de experiencia en las Grandes Ligas, quien hoy martes 2 de noviembre, además de ser el héroe en la victoria que le dio el título a los Gigantes de San Francisco, fue nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial. 

www.elespectador.com

Llama poderosamente la atención que Rentería, cuyo desempeño como beisbolista profesional ha sido más bien modesto (mayormente ha jugado como substituto), ya había logrado una proeza similar en 1997, cuando fue el encargado de darle a su equipo de entonces, los Marlins de Florida, el título de Campeón Mundial. 

Si bien este deportista neogranadino no tiene estatus de estrella, ha tenido una carrera por demás satisfactoria, y gracias a su constancia y su talento ha logrado brillar en esas dos ocasiones históricas tanto como el sol caribeño que calienta su amada Colombia.

Abren la Serie Mundial

A decir verdad,  no era mucho lo que sabíamos sobre Rentería, pero hoy, al ver su conducta magnánima tras la jugada que coronó a su equipo,  y la humildad con la que recibió el premio al más valioso, entendimos que estábamos ante un formidable deportista y ser humano, ante un «elegido».

¡Felicitaciones a los Gigantes de San Francisco, Campeones del 2010!

¡Felicitaciones Rentería, felicitaciones Colombianos!  

SOL, Servicio y Orientación al Latino

«El sol brilla siempre dentro de ti»