(Texto elaborado por el personal de la línea telefónica en inglés de Tokio – TELL – y traducido al español por Ángel La Rosa)
Los niños pueden reaccionar a las situaciones traumáticas (tales como los recientes terremoto, tsunami y crisis nuclear), de muchas maneras diferentes. Los niños son muy sensibles y tienen dificultades para entender por qué ocurren dichos eventos. Para ellos puede resultar muy difícil superar experiencias atemorizantes. Y ellos observarán las reacciones de los adultos para hacerse una idea de cuán grave es la situación. Aquí los padres pueden ayudar mucho.
Las reacciones más comunes para niños de cualquier edad:
- Alteración del sueño, y pesadillas
- Vigilancia extrema, y siempre alerta
- Preocupación por su propia seguridad, la de su familia, amigos o mascotas
- Hipersensibilidad a sonidos (sirenas, ruidos altos, objetos que se caen o rompen)
- Temor a que ocurra otra tragedia
- Merma de la concentración y la atención
- Alejamiento de amigos, actividades sociales y de otro tipo
- Se vuelven irritables y problemáticos
- Molestias físicas (dolores de cabeza, estómago, etc.)
- Reacciones fuertes a recordatorios de la tragedia (destrozos circundantes, noticias)
- Dolor profundo y sentimiento de pérdida
- Falta de interés por las actividades habituales
Los niños en edad preescolar (1-5) además pueden tener las siguientes reacciones:
- Regresión a comportamientos de una edad más temprana (chuparse el dedo, mojar la cama, miedo a la oscuridad)
- Temores nuevos (a personas extrañas, la oscuridad, animales o “monstruos”)
- Revivir la tragedia mediante el juego
- Llorar o demandar más cuidados de lo normal
- Moverse alrededor sin rumbo, o permanecer inmóvil
Los niños de 6 a 11 años además pueden tener las siguientes reacciones:
- Alejamiento de amigos y actividades sociales
- dificultad para concentrarse
- Aparición de temores infundados
- Caída del rendimiento escolar
- Sentimiento de responsabilidad por lo ocurrido
- Sensación de letargo
Los adolescentes (12-17) además pueden tener las siguientes reacciones:
- Revivir la tragedia como si fuera real
- Caída en el rendimiento académico
- Conductas riesgosas (ingerir alcohol, drogas, o hacer cosas dañinas para otros y para sí mismos)
- Sentimiento de culpa por no haber sido capaz de evitar las heridas y muertes de los otros
- Pensamientos depresivos y/o suicidas
Qué hacer para ayudar a nuestros hijos:
Reaccione con prudencia. Los hijos se guiarán por la conducta de sus padres y demás personas a cargo. Mantenga una actitud serena y apropiada emocionalmente. Mostrar mucha preocupación puede incrementar la ansiedad de su hijo.
Escúchelo. Permita al niño hacer preguntas y expresar sus preocupaciones. No cuestione sus sentimientos.
Responda de manera breve y honesta. Las explicaciones deben ser de acuerdo a la edad, y no demasiado detalladas. Si Ud. no sabe todas las respuestas, está bien admitirlo.
Limite la exposición del niño a las noticias. Proteja a su hijo de la cobertura mediática excesiva.
Haga que su hijo se sienta seguro. Dígale qué hacer durante una réplica, por ejemplo, y explíquele qué está haciendo Ud. para proteger a la familia. Esto tal vez deba hacerlo varias veces.
Mantenga las normas y las rutinas. Los niños se sienten más seguros si hay orden y disciplina. Si Ud. tiene dificultad para mantener las antiguas normas, establezca otras nuevas.
Preste atención a las conversaciones de adultos. Esté al tanto de lo que se habla. Los niños pueden malinterpretar lo que oyen, y atemorizarse sin motivo alguno.
Calme sus temores sobre la seguridad de sus amigos. Su comunicación con los amigos puede verse interrumpida por la tragedia, debido al cierre de la escuela y los viajes.
Estimule a su hijo a que ayude. Los niños superan más rápido los traumas cuando sienten que están ayudando. Busque la forma de que su hijo ayude (distribuyendo alimentos, etc.).
Sea paciente. Los niños pueden estar más distraídos y necesitar más atención de lo normal. Los recordatorios y una mayor atención resultan de gran ayuda.
Bríndele protección a la hora de dormir. Trate de pasar más tiempo con su hijo cuando vaya a la cama, leyéndole cuentos, por ejemplo. Probablemente necesitará dormir más cerca de usted por un tiempo.
Manténgase optimista. Aun en las situaciones más difíciles trate de mantener la esperanza en el futuro. Una imagen positiva y optimista ayuda a los niños a percibir las cosas buenas de la vida, a su alrededor.
Si su hijo o algún otro familiar aun tiene dificultad para sobreponerse a lo ocurrido, por favor pida ayuda. Ud. Puede consultar a un profesional de la salud mental. A continuación encontrará un alista de servicios bastante útiles.
- TELL, Tokyo English Life Line (línea de ayuda en inglés) 03 5774 0992
- TELL Counseling (Orientación de TELL). Inglés: 03 4550-1146 / japonés: 03 4550-1147
- TELL wiki (servicios en inglés, en Japón): http://www.bluejava.com/tell/index.html
- Sitio web de TELL (para información en inglés sobre el terremoto y el tsunami): http://www.telljp.com/
- Sitio web de TELL (cómo arreglárselas tras un desastre, y técnicas anti-estrés): http://www.telljp.com/
- Cómo enfrentar la violencia y los desastres. Lo que pueden hacer los padres: www.nimh.nih.gov
- Guía para que los padres ayuden a sus hijos tras un terremoto.
- Red Nacional contra el Estrés Traumático Infantil: www.NCTSN.org
- Buscador de personas Google: http://japan.person-finder.appspot.com/?lang=en
- Ayuda voluntaria: http://japanvolunteers.wordpress.com/japan-donations/
- Cruz Roja, Servicios para la familia:
http://www.familylinks.icrc.org/wfl/wfl_jap.nsf/DocIndex/locate_eng?opendocument
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