Contrariamente a lo que piensan muchos padres, decir «no» frecuentemente a sus bebés no les creará ningún problema de conducta posterior. Lo que sí le generará tales problemas es justamente lo opuesto: ser muy permisivos con ellos, con el pretexto de no importunarlos; de no hacerlos llorar.
Cómo es lógico, los más pequeñines están expuestos a situaciones riesgosas, prácticamente todo el tiempo. Una forma de prevenir accidentes (además de nuestra vigilancia constante) es enseñándoles, a una edad muy temprana, todas aquellas cosas que no deben hacer, por peligrosas. Y para lograrlo, tenemos que usar la palabra «no», las veces que sea necesario, aunque sin llegar al extremo de oprimir su accionar. De esa forma aprenderán rápidamente a identificar ciertos límites básicos, y en consecuencia serán bebés menos propensos a sufrir accidentes, y en el futuro también serán niños más obedientes.
La idea es que al decirles no a nuestros inquietos y creativos retoñitos, lo hagamos con suavidad, sin reprenderlos, ya que ellos no saben cuando están haciendo algo indebido, por lo que no se justifica que usemos dicha expresión negativa – de por sí contundente – en forma de regaño. Una fórmula que ha demostrado traer muy buenos resultados, por ejemplo, es acompañar siempre el «no» con las «gracias». Y un beso de recompensa, si es posible…
Y ahora, les recomendamos a nuestros estimados Soleros algunos artículos muy interesantes e instructivos, especializados en la materia:
http://www.mibebeyyo.com/bebes/crecimiento/6-9-meses/decir-no-bebe-538